Pero él los salvó por amor de su nombre, para hacer notorio su poder.(salmos 106:8)
El día que el ser humano comió del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal ese mismo día ocurrió la desgracia. Con este acto el pecado pasó a ser una condición innata del hombre, una condición que desde ese instante le ataba al mal; esta posición provocada por su desobediencia le separaba de su creador rompiendo eternamente este santo vínculo.
La ley establecida por el mismos Dios exigía ser satisfecha, ya que fue transgredida, la ley reclamaba que se hiciera justicia.
El día que el ser humano comió del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal ese mismo día ocurrió la desgracia. Con este acto el pecado pasó a ser una condición innata del hombre, una condición que desde ese instante le ataba al mal; esta posición provocada por su desobediencia le separaba de su creador rompiendo eternamente este santo vínculo.
El papel de la ley en la caída del hombre

Debido a la transgresión de la ley toda la raza humana está condenada a muerte y no es que va ser condenada a muerte, sino que literalmente está condenada a muerte,
Sobre cada individuo pesa una condena que aunque no se ha ejecutado todavía, cierto es que tarde o temprano se cumplirá la sentencia.
El papel de Dios ante la ley.
“La justificación es el acto por el cual Dios hace justo ante la ley a uno que es pecador.”
Ya que Dios no puede desobedecer la ley, debido a su carácter, Dios en su infinita misericordia decide salvar a los hombres ofreciéndose Él mismo en expiación por los pecados de la raza humana y de esta forma satisfacer la ley que exigía la muerte del transgresor.
El ministerio de la sustitución es el acto por el cual Dios decide encarnarse y tomar el lugar del transgresor y adoptar los pecados de los hombres y ofrecerse ÉL como transgresor ante la ley, para que de esta forma todos los que aceptan el sacrificio de Cristo puedan ser justificados ante la ley.
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