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Espacio donde encontraras pensamiento cristianos y temas profundamente teológicos.
Todo esto tratado desde una perspectiva poética, simple y sobre todo fundamentada en la Biblia.

domingo, 21 de agosto de 2011

Y dio dones a los hombres.

En el día de la ascensión en el monte de los olivos, algunos de sus seguidores se reunieron alrededor del Maestro resucitado. Estoy seguro que los rostros de algunos de ellos no eran suficientemente expresivos  para mostrar  el asombro y quizás el desconcierto que estaban experimentando. 

Al rededor de 500 personas reunidas en lo alto de aquel bienaventurado monte que fue testigo de la más grande experiencia que pueda experimentar cualquier ser humano. 
Estaban apunto de recibir una gran promesa.
En medio de aquel mar de emociones, sus ojos fueron testigo de cómo las nubes envolvían al maestro a la vez que ascendía al tercer cielo donde habitan los seres vivientes, en su  profundo embeleso se escuchó un ángel con una peculiar voz pocas veces escuchada por hombres. 
El ángel  les habló refiriendo las conocidas palabras de la esperanza del Espíritu Santo.

Este gran hecho significó el inicio de los dones espirituales en los hombres elegidos. 
El apóstol Pablo lo refiere de la siguiente manera: Cristo Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. 
El libro de los hechos  de los apóstoles nos brinda otro matiz sobre este particular, representando de la siguiente manera la elección del hombre  para salvación, y para el ministerio: ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham  (Hebreos 2: 25).

Este hecho ha ocasionado que mi mente no deje de pensar al respecto y  en mis limitados conocimientos he tratado de comprender tal asunto, pero no he encontrado la formula de calcular la inmensidad de la bienaventuranza de  los hombres al recibir tal comisión, desde mi punto de vista  lo menos que podemos hacer es vivir de rodillas frente al dueño de los ministerio y de una manera piadosa desempeñar  los mismos.
¡Quiera Dios que seamos hallados apto aquel hermoso día!

El ser humano y el tiempo

El tiempo es un factor sobre el cual el ser humano no tiene ningún tipo de poder. 
Esto es una verdad inquebrantable. 
No existe la mínima posibilidad de que alguien con todo su intelecto, toda su fuerza, su más esplendida belleza o quizás con todas sus riquezas pueda alterar un mísero attosegundo de la composición del tiempo.
Esto es un poder que solo le pertenece a aquel cuyo nombre es: YO SOY.

Es cierto que tú no gozas de facultades para manejar el tiempo a tu a antojo, pero es igual de cierto, que tú posee la útil herramienta de determinar el resultado de los acontecimientos a lo largo de tu vida, es decir, que si vives tu presente de una manera correcta, pues obtendrás como resultado un futuro correcto.

En este nuevo día te animo a que vivas tu presente de acuerdo al presente de Cristo, para que tu futuro sea el futuro de Cristo, vive la palabra, disfruta siendo hijo de Dios, no te amedrente por las voces que escuchas a tu alrededor, no permitas que las circunstacias te aparte de tu Señor y Salvador Jesucristo, porque te aseguro que al final de las edades habrá merecido la pena tu sacrificio.

Las cosas que pensé que nunca sucederían




En el mundo ocurren cosas a cada segundo, cosas de las cuales quizás no tenemos memoria, existen un sin numero de datos que se escapan a nuestro cerebro. !son cosas que suceden! y ocurren SIN QUE PODAMOS HACER NADA PARA EVITARLAS.
Los cierto es que hasta que una de esas cosas suceden en nuestro espacio vital, no nos damos cuenta de que el mundo es un lugar de incomprensión, lo digo en el mejor sentido de la palabra, un lugar injusto...



Todas estas variantes que suceden en mi entorno me hacen reflexionar...  y un universo de cuestione invaden mi mente.

Entonces bien, pienso, como creyente y estudioso de la biblia, me doy cuenta de que la respuesta a mis interrogantes es Dios y el permite que TODAS ESTAS COSAS ocurran CON UN PROPOSITO DIVINO.
Me he fácil confrontar esta verdad a la luz de la biblia, puedo sitar un sin numero de versos que atestiguan mi pensamiento, uno de ellos: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28.

Me aferro a este verso de la palabra de Dios, y aferrandome a Él susurro, que la cirrcusntacias solo son los peldaños que me harán llegar a mi destino, no hay nada que se escape del control de Dios, Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39.


 TODAS ESTAS COSAS OCURREN PARA UNIRNO MAS A EL...


!!SEGUIRÉ ADELANTE Y NO ME DETENDRÉ A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS!!

Llegará el día cuando la Majestad reine.

El Rey Vendrá


El Rey vendrá,
Sí, Él volverá. 

y esta vez como Rey soberano;
en su mano derecha traerá el cetro de justicia,
y en la palma de su siniestra los hechos de la raza humana.

 El Rey vendrá,
 Sí, volverá.
 Entonces la primavera será primavera,
 y será Él otoño para los que no creen en su nombre.
 Oh, será otoño para los hombres que no sean hallados justos.
 Las hojas de los malos ese día caerán.

 En el horizonte se ve.
 El rey viene,
 Si, viene.
 Lleno de gracia, compasión y justicia.
 En el horizonte se ve;
 la majestad esta aquí,
 JESÚS esta aquí.

Y será como océano,
Como esas olas que arropan la tierra;
Como viento que asola los bosques,
Como la fiera que devora a su presa,
Será como el que no avisa y te sorprende.
Será El quien consuma todas las cosas.
Visibles e invisibles.

 Será otoño para los que no sean hallados justos.
 La vid de los malos ese día no dará mas fruto, se secara.


Oh, tu que te burlas,
¿Por qué no te ríes ahora?
¿Por qué no gritas tus injurias y blasfemias contra Él?
¿Por que no vuelves a clavar esos clavos?
¿Y tú ponle otra vez esa espinosa corona?
¿Traspásale otra vez con esa lanza, buen centurión?
¿Y tu sacerdote, conjura otra vez por el Dios viviente que Este Hombre habla blasfemia?
¿Grita otra vez: blasfemia, blasfemia, blasfemia?
 


Oh, simple hombre mortal.
No te atreves,
No te atreves siquiera levantar tu rostro ante EL REY.
Oh, que insignificante eres ahora,
Polvo.
¿Se ha escondido tu poder?
¿Dónde está tu justicia?
¿Dónde los que te seguían?
¿Dónde están los que sobornaste?
¿Se han escondido?
¡Han corrido como los niños en medio de la noche!

 Al pensar estas cosas.
 Otra vez, entono la vieja canción:

 Aleluya, aleluya, aleluya.
¡En el horizonte se ve.
El rey viene,
Si, viene.
Lleno de gracia, compasión y justicia.
En el horizonte se ve;
La majestad esta aquí,
JESÚS esta aquí!

Y será como océano,
Como esas olas que arropan la tierra;
Como viento que asola los bosques,
Como la fiera que devora a su presa,
Será como el que no avisa y te sorprende.
Así será la venida de la Majestad.